jueves, 21 de abril de 2016

ATISBO DE LUZ. - Por C.T.A.

Todo está negro. No escuchas nada. Solo hay silencio. Un silencio aterrador. No puedes moverte. Te das cuenta de que estás atada a algo rígido que se te clava en la espalda, pero a pesar de eso no eres capaz de sentir el dolor. Te has acostumbrado a él. Eso no es bueno, significa que llevas así mucho tiempo. El pánico se va apoderando de cada milímetro de tu cuerpo cada vez con mayor rapidez. Necesitas salir de ahí, de ese estado incierto y de opresión en el que te encuentras. Nada, no pasa nada. Intentas gritar pero algo te está tapando la boca. No es un trozo de tela, son unas manos, unas manos gruesas y despiadadas. El miedo te paraliza y te sientes vulnerable e impotente a la vez. Sin embargo sabes que eres fuerte. Más fuerte de lo que en realidad te imaginas. Algo dentro de ti se enciende y de la nada un atisbo de luz empieza a emerger. La oscuridad se va disipando paulatinamente pero lo que ves es una realidad mucho más oscura: cientos o incluso miles de mujeres van apareciendo a tu alrededor. Están en la misma situación que tú. 

La negrura ha desaparecido por completo y ahora puedes ver con claridad que lo que te retenían eran cadenas. La rabia y las ganas de luchar ganan al terror ante la tan deshumana escena. Las cadenas empiezan a desvanecerse. No solo las tuyas. Todas las mujeres están libres. Algo ha cambiado. Un espíritu de optimismo y rebeldía inunda la estancia. Sientes el apoyo de las otras. Todas sois una. Y tenéis un mismo objetivo común: hacer que esas cadenas y esas manos que os mantenían prisioneras no resurjan.

Aquella chispa que se encendió dentro de ti ha logrado alcanzar la libertad.


(Categoría La Rioja)



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