lunes, 25 de abril de 2016

MI DÍA. - Por J.O.B.

Me he levantado tarde, como siempre, con un dolor de espalda tan insistente, que hace que todo lo demás carezca de importancia.

“Será el colchón” pienso con rotundidad, o, quizá, será que ayer cambié un mueble que, no sé por qué, me molestaba cuando lo veía en el sitio dónde, y desde siempre, descansaba.

Busco con esa miopía vital que me caracteriza una excusa simple, cuando sé que mi dolor empieza tras el visillo gris de mi habitación indefinida.

¿Por qué, pienso, saludable es sólo comer bien, hacer deporte y vivir en un ambiente incontaminado?, ¡qué sencillo me lo pones, amigo!, hasta podría conseguirlo a poco que me lo propusiera, pero para mí saludable es verte todas las mañanas, sentir nuestras miradas limpias, saludable es fluir en un ritmo cadencioso a tu lado, quererte hasta el dolor … Y luego, juntos, abrir la puerta, salir al mundo y abrir los brazos hacia los demás, sin pudor, sin pereza, hasta el amanecer. Siempre.

Porque no podemos ser indiferentes ante el sufrimiento ajeno, eso sí que no es saludable. No podemos cerrar los ojos a la vida entendiendo que sólo es nuestra y que la gente que nos rodea únicamente forma parte del escenario, restando importancia a su protagonismo. Yo esa vida no quiero vivirla, porque no es saludable y porque me encierra en el reducto de las desesperanzas, el egoísmo y me encamina a ninguna parte. Tengo que renacer.

Palabras, palabras y más palabras. Pensamiento solidario. No sé si sabré salir al mundo, sé que tengo la llave de mi vida en el bolsillo, pero no tengo tan claro que sepa ofrecérsela a quien no tiene dónde reposar su inquietud. Tengo que seguir intentándolo y no convertirme en el ser que sólo es en el pensamiento, porque esa actitud es no saludable.


(Categoría La Rioja)




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